
Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos
dos grandes amores;
uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos, esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella. Y dicen que hay un
segundo gran amor. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán siempre alcanzar un final feliz, hasta que cierto día dejaréis de intentarlo, os rendiréis y
buscaréis a esa otra persona que acabaréis encontrando. Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras estabais leyendo esto,
os ha venido su nombre a la cabeza. Os libraréis de él o de ella y dejaréis de sufrir, pero os aseguro que
no pasará un día en que deseéis que estuviera aquí para perturbaros ni una sola noche sin necesitar otro beso suyo.
Me gusta esta entrada y decirte que tiene mucha razón.
ResponderEliminarAhora leeré alguna que otra más. Te he encontrado por casualidad, pero a partir de hoy me pasaré cada vez que pueda ;) un beso.